Proteger la privacidad de los menores
El hecho de que los menores de edad utilicen una aplicación para mantener contacto con sus amigos y compartir mensajes o imágenes no tiene nada de malo en sí mismo. Sin embargo, la aplicación se puede también usar para acosar, amenazar, difundir calumnias, fotografías sin autorización, etc, y es la herramienta más habitual en los casos de sexting y ciberbullying, pero esto es algo que no podemos achacar a la herramienta en sí, sino al uso que algunos hacen de ella.
Como norma general de comportamiento en esta aplicación, tanto los menores como los adultos que la utilizan deberían actuar como si sus conversaciones fueran públicas, como si sus fotografías fueran a ser vistas por terceros a los que no conocen de nada, y como si la información que allí vuelcan fuera a salir del entorno meramente privado.
Es interesante también borrar con cierta regularidad las conversaciones y fotografías, ya que en caso de pérdida o robo del terminal es impresionante la cantidad de información personal a la que otros podrían tener acceso…