Un contenido inapropiado puede visualizarse en cualquier dispositivo: a través de Internet, la televisión, el cine, la música o los videojuegos, a los que se accede por dispositivos como el ordenador, los smartphones, las tablets, videoconsolas o reproductores de audio y video, los menores tienen a su alcance multitud de contenidos inapropiados.
A dichos contenidos se puede acceder de manera voluntaria, especialmente mediante la búsqueda directa en Internet, dado que los menores muestran una gran curiosidad por la Red y lo que esta les ofrece. A medida que los menores utilizan más la tecnología, también aumenta el acceso a servicios e intercambio de contenidos relacionados con sus preferencias, intereses, necesidades, etc.
En otras ocasiones el acceso será involuntario, accidental, fundamentalmente mediante las siguientes vías.
Páginas de descargas
El acceso a descargas gratuitas de Internet (películas, música, juegos, imágenes, etc.) implica visitar portales que bombardean con avisos, carteles, llamadas de atención... e incluso la obligatoriedad de instalar complementos adicionales, cuyos contenidos son, en muchos casos, inapropiados. A veces se trata de imágenes sexualmente explícitas, pero, en otras, estas páginas instalan software malicioso en los equipos, cuyo funcionamiento escapa al control del usuario.
Mensajería y redes sociales
A través de mensajería instantánea (p.e. Whatsapp), correo electrónico, redes sociales... son habituales los fraudes, escondidos detrás de promociones, cupones de descuento y comercio online, así como el intercambio de contenidos inapropiados entre menores (imágenes, vídeos, etc.), ya sean generados por ellos mismos o por terceros. En ocasiones, estos contenidos inapropiados tienen que ver con personas reales del entorno del menor (imágenes o vídeos vejatorios u ofensivos de compañeros, o de carácter sexual...).
Videojuegos
Los videojuegos y otros contenidos de ocio (cine, series y música online) pueden esconder gran cantidad de contenidos inapropiados para los menores, y a menudo se trata de contenido explícito: violencia, sexo, conductas y valores extremistas, información engañosa o poco fiable, etc.
Búsqueda indirecta
Encontrar contenidos inapropiados de forma indirecta al buscar otros es relativamente fácil. Por ejemplo: acceder a comunidades virtuales buscando determinada información, pero una vez dentro se obtiene información de un contenido de riesgo.
Publicidad
En el entorno de las TIC la publicidad está siempre presente, y es independiente de la edad del consumidor, llegando fácilmente a un gran número de personas en todo el mundo. La mayor parte del contenido publicitario que visualizamos en Internet es público y gratuito, y podemos encontrarlo en forma de ventanas emergentes, banners, vídeos, redes sociales, blogs, etc.
Compras online
Las transaciones online han aumentado progresivamente, dadas las facilidades de pago, de consulta y comparación de productos, de envío rápido y personalizado, etc. Esto ha derivado también en que aumenten los fraudes en el comercio electrónico, especialmente por el método de pago, cuando este no se hace en un portal seguro y/o se realiza utilizando una wifi pública. Por otra parte, muchos menores participan en redes paralelas de comercio electrónico, carente de cualquier medida de seguridad: un contacto de una red social ofrece un bajo precio por conseguir un producto (una prenda deportiva determinada, un juego, un dispositivo electrónico...) si consigue realizar un pedido de un número determinado de unidades, previo pago de su importe mediante transferencia directa pro Paypal, por ejemplo. A partir de ese momento, cualquier desenlace es posible, claro.
Ingeniería social
Práctica informática delictiva para conseguir información sensible, personal y confidencial, manipulando y engañando a los usuarios legítimos. Podemos encontrar situaciones donde los menores acceden a contenidos fraudulentos y virus, cuyo propósito es obtener datos personales que pueden derivar en casos de ciberacoso, extorsión, chantaje, etc. Por ejemplo, los menores pueden recibir por mensajería una invitación que promete obtener un premio con suma facilidad (muchas veces, un dispositivo electrónico), pero que posteriormente tiene consecuencias negativas (redirige a una página de contenidos falsos, o descarga en el equipo un software malicioso...).