El grooming es un fenómeno que podríamos traducir como engatusamiento y, según la Wikipedia, “consiste en acciones deliberadas por parte de un adulto de cara a establecer lazos de amistad con un menor con el objetivo de obtener una satisfacción sexual mediante imágenes eróticas o pornográficas del menor o incluso como preparación para un encuentro sexual".
Normalmente el adulto entra en contacto con un menor a través de las redes sociales, haciéndose pasar también por menor; tan pronto como obtiene de él algún contenido sexual, se inicia el chantaje, con la finalidad de mantener la relación, obtener más contenidos sexuales y, en ocasiones, llegar a tener relaciones sexuales.
Captura de pantalla del diario La Verdad de Murcia
En los casos de grooming más frecuentes, el acosador intenta ganarse la confianza de la víctima; según el Monográfico Grooming de Red.es, estas situaciones pasan por varias fases:
1. Inicio de la fase de amistad. El adulto entra en contacto con el menor para conocer sus gustos, preferencias y crear una relación de amistad con el objeto de alcanzar la confianza del posible afectado. En esta fase, el acosador usa diferentes recursos:
- Engaño: habitualmente el acosador muestra una personalidad falsa (normalmente se hace pasar por otro menor de la misma edad, atractivo/-a...) que facilita la comunicación y la empatía con la víctima. Para hacerlo, mostrará fotos, participará en los mismos sitios web o redes sociales que la víctima… con la única finalidad de ganarse su confianza.
- Seducción: trata de establecer una relación emocional, resaltando su atractivo físico o la similitud de intereses con la persona acosada.
- Premio o pago: una vez conseguido un nivel de confianza inicial, el adulto puede ofrecer regalos o cantidades de dinero a cambio de imágenes sexualmente explícitas.
En esta fase las conversaciones suelen ser triviales; con ellas se intenta, además de conseguir la confianza, acumular la mayor cantidad de información posible sobre el menor (gustos, aficiones, amigos, sitios web que visita, dirección y teléfono…). En poco tiempo el acosador se convertirá en un miembro más de la red de relaciones del menor.
Hay casos en los que el grooming no pasa por esta fase de generación de confianza debido a que el acosador ha obtenido por otros medios (robo de contraseñas, hackeo de cuentas, redes sociales…) imágenes y vídeos de contenido sexual de la víctima, gracias a los cuales puede iniciar el chantaje.
2. Fase de relación. La fase de formación de la relación incluye con frecuencia confesiones personales e íntimas entre el menor y el acosador. De esta forma se consolida la confianza obtenida y se profundiza en información sobre su vida, gustos y costumbres. En esta fase es frecuente que las conversaciones incluyan cada vez más elementos de carácter sexual, a veces de modo indirecto (test sobre sexualidad de la red, confesiones íntimas del acosador para facilitar las revelaciones de la víctima…).
3. Fase de acoso. Se caracteriza por el altísimo componente sexual que tiene. Con frecuencia incluye la descripción de términos específicamente sexuales y la petición a los menores de grabación de imágenes o toma de fotografías sexualmente explícitas. Una vez obtenido este material, el acosador incrementa sus peticiones; si el menor se niega a ello, se inicia la fase de extorsión, con la amenaza de difusión del material ya obtenido.
A veces, el acosador intenta establecer una cita real con el menor. Si la intensidad del acoso es tan grande que ha conseguido debilitar mucho al menor, el grooming puede terminar en un abuso sexual real.