Lo cierto es que en la adolescencia y primera juventud pasamos por un período con unas características físicas, emocionales, sociales e intelectuales muy concretas. Algunas de ellas encuentran un cauce perfecto en el fenómeno de las redes sociales, de modo que adolescencia y redes se ajustan como un anillo a un dedo. Si leemos los siguientes rasgos de los adolescentes nos daremos cuenta de que lo que les ofrecen las redes sociales es en realidad lo que necesitan en ese período de su vida.
- Necesidad de socialización
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Los adolescentes incrementan las relaciones con amigos, en los que encuentran un espacio de acomodo. Con mucha frecuencia sienten que son ellos los únicos que les comprenden, razón por la cual buscan estar con ellos por cualquier vía (en la calle, en el centro educativo, hablando por teléfono, a través de las redes sociales...).
- Pertenencia a un grupo
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La necesidad de socialización suele materializarse en la pertenencia del adolescente a un grupo fuertemente cohesionado. Para muchos de ellos este es un elemento fundamental para su autoestima: el rechazo del grupo tiene como consecuencia una pérdida de la confianza en uno mismo.
- Búsqueda de identidad
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Los adolescentes sienten la necesidad de estar en un espacio propio, en el que la familia no se entrometa demasiado. Aunque en este sentido hay diferentes niveles de aceptación o rechazo de la presencia familiar, puede afirmarse que es una carcaterística propia de esta etapa.
- Comportamiento poco reflexivo y atracción por el riesgo
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Los adultos solemos percibir que los adolescentes no piensan, que actúan de forma poco reflexiva e impulsiva, lo que les lleva a exponerse, a veces, a situaciones de riesgo físico o emocional.
- Satisfacción inmediata
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La satisfacción inmediata es otro rasgo caracterísco de esta etapa de la vida; los adolescentes parecen no tener paciencia: si han realizado una acción por la que creen merecer una recompensa, desean obtenerla de modo inmediato.
- Rechazo y atracción por el mundo adulto
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La relación con el mundo adulto en la adolescencia es ambigua: por una parte lo rechazan, ya que simboliza todo aquello que para ellos supone una imposición (la familia, la escuela...), pero, por otra parte, sienten una fortísima atracción por él. Si sienten admiración por un adulto y se consideran aceptados por él, pueden llegar a experimentar una relación emocional muy intensa con esa persona.
- Curiosidad y búsqueda de nuevas sensaciones
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La sexualidad es uno de los grandes descubrimientos de esta etapa, de ahí que los adolescentes intenten adentrarse en su conocimiento y experimentación. Este interés es solo un síntoma, ya que, en general, sienten una fortísima curiosidad por todo aquello que es prohibido y/o arriesgado.
- Inseguridad con respecto a uno mismo
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La inseguridad es también característica de la adolescencia, así como el descontento con la propia imagen, de ahí que les resulte muy seductora la idea de asumir otras personalidades, nombres diferentes, imaginar e incluso presentarse ante los demás como si fuesen personas diferentes a las que son.
Podemos pensar que las redes sociales han proporcionado un instrumento perfecto a jóvenes y adolescentes, en este momento en el que los menores se van despegando progresivamente de los padres y empiezan a crear su propia identidad personal entre su grupo de iguales. De este modo, las redes sociales se convierten en herramienta adecuada para encontrar amigos, expresar lo que piensan y afianzar su personalidad, permiten entrar en contacto con otras personas con gran facilidad, al tiempo que producen una sensación de gratificación muy rápida (escribimos y rápidamente obtenemos una respuesta en palabras o en forma de “likes”) y conllevan un reconocimiento personal, deseo inherente al ser humano que, por naturaleza, necesita sentirse querido, que le observen, le sigan… De ahí que su presencia en ellas, y cada vez a edades más tempranas, sea cada día mayor.
El siguiente vídeo nos explica bien cuáles son estos motivos y nos adelanta también algunos de los riesgos derivados de su mal uso, en los que nos detendremos más tarde:
